Las hermanas colaboran con alegría y disponibilidad en la formación y acompañamiento a los diferentes ministerios: catequistas, ministros extraordinarios de la comunión, pastoral familiar, entre otros. Apoyan a los sacerdotes en los diversos esfuerzos de evangelización así como en las celebraciones de la palabra en las capellanías y en la celebración de funerales. Cada hermana es responsable de una capellanía.